Las siguientes pistas le indicarán si un vino puede encontrarse en mal estado sin necesidad de llegar a abrir la botella.
Si su bodega cumple todos los requisitos necesarios para proporcionar a sus vinos un entorno ideal, a estas alturas ya debería dormir tranquilo por las noches, soñando con el momento en que decida descorchar una botella de un vino perfectamente guardado.
No pretendemos ser aguafiestas, pero, aunque sea bastante improbable, siempre cabe la posibilidad de que se le presente alguna situación de verdadera pesadilla que estropee las botellas que con tanto cuidado ha estado guardando.
Tenga pues esta posibilidad presente y sepa lo que tiene que hacer para solucionar rápidamente un problema de este tipo.
Si desea que su vino madure correctamente y no sufra deterioro alguno, es muy importante que controle la temperatura, el grado de humedad y la iluminación de su bodega.
Compruebe y anote regularmente la humedad y la temperatura. Así, si se presentara algún problema, podría hallarse ya sobre aviso.
Pero ¿qué tipo de signos son los que le indican una posible situación de alerta?
SEÑALES DE ALARMA
Si el deterioro de un vino o una botella salta a la vista, será señal de que el daño es ya irreversible. Si se da cuenta de que uno o más vinos de su colección parece tener alguno de los siguientes problemas, actúe inmediatamente e intente salvar las botellas que no se hayan visto afectadas:
1. Restos de corcho en la cápsula
Además del buen estado general de la botella, revise el estado de la capsula con la mano. Debe estar firmemente adherida al cuello de la botella, no puede estar suelta o floja. Si encuentra algún resto de vino en torno a la cápsula o se percata de que el espacio entre el corcho y el vino ha aumentado ("merma" de vino), esto será señal de que su vino ha empezado a evaporarse y puede, a causa de ello, correr él riesgo de oxidarse.La causa podría ser una temperatura de bodega demasiado alta o un grado de humedad demasiado bajo, algo que podría confirmar la presencia de un corcho deshidratado.
2. Aire en la cápsula
Observe si la capsula está a nivel. Si ve que está fuera de lugar, que sobresale bien por el corcho, bien por la presencia de aire, descarte esa botella, posiblemente ha sufrido golpe de calor por una subida brusca de la temperatura.
3. Tapón saliente
Un tapón saliente puede significar que el vino ha llegado a congelarse y ha empujado el tapón hacia fuera. Si sus vinos se ven afectados por un descenso muy acusado de la temperatura, puede evitar daños mayores si logra que ésta suba poco a poco.
4. Etiqueta con humedad
Una etiqueta enmohecida revelará un índice de humedad demasiado elevado. Esto no implica que el vino haya sufrido daño alguno, pero si no hace nada al respecto, el moho podría extenderse. Por otro lado, las etiquetas podrían quedar con el tiempo prácticamente ilegibles, lo que sí tendría su repercusión en él valor del vino si un día decidiese venderlo.
5. Colores defectuosos
Un vino marrón (o que haya sufrido una pérdida importante de intensidad cromática) puede ser signo de una excesiva exposición al sol o a una luz eléctrica demasiado fuerte.
6. Decoloración
La decoloración suele ser sinónimo de oxidación, de ahí que el sabor del vino se resienta de un modo irremediable. Los vinos blancos que se venden en botellas de cristal transparente son especialmente sensibles a la acción de la luz. Para evitar este tipo de problemas, intente impedir que la luz entre en la bodega.
Fuente: vinetur
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