Llegan al mercado mundial botellas de tinto guardadas a 15 metros de profundidad, al vaivén de las olas del mar Cantábrico.
Pero, ¿cómo es el proceso?, ¿en qué momento se deposita allí el vino y cuáles son las características que adquiere? La cava está construida en forma de arrecife artificial, de manera tal que las corrientes marinas circulan por su interior, moviendo suavemente las botellas (y el líquido en su interior). Las condiciones ambientales del lugar (temperatura, luminosidad, humedad y elevada presión del fondo marino) se suman al constante vaivén de las aguas para lograr ejemplares de características organolépticas únicas.
A su vez, se trata de un proyecto sumamente ecológico, porque el arrecife artificial terminó revitalizando la flora y fauna de la bahía, con más de 80 especies marinas que nacen, crecen y se reproducen allí. Para los que están por la zona, hay visitas guiadas con degustación incluida, e incluso descenso para los buzos autorizados.
Bajoelagua presentó sus vinos a fines del año pasado en el Museo Marítimo de Bilbao. Las 4000 botellas que planean distribuir alrededor del mundo cuestan 85 euros cada una.
Fuente: planetajoy
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